Dossier MOTOR
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El Jeep Gran Cherokee es un auténtico clásico de la marca norteamericana, sinónimo de los 4×4 por excelencia, que a lo largo de la historia ha cosechado éxitos de venta en todo el mundo. Un producto sobreviviente de la alianza entre Daimler y Chrysler y proveniente de la misma plataforma del actual Clase M de Mercedes Benz.


Su cuarta generación se lanzó en la Argentina a mediados de 2011 pero el año pasado se amplió la oferta introduciendo al mercado la versión Overland, su nuevo tope de gama proveniente de los Estados Unidos. Es la nueva variante top de este todo terreno de lujo que lidera su segmento en el mercado local. Overland representa una opción más sofisticada que la Limited, con un altísimo equipamiento en confort y seguridad para asegurar una incomparable vida a bordo. Además, sorprende con dispositivos tecnológicos de última generación para el manejo en condiciones adversas sin abandonar sus excelentes prestaciones sobre el asfalto.

La unidad que testeamos en esta prueba tiene múltiples razones para conquistar a los más exigentes. Desde su personalidad a través de un diseño exterior imponente hasta un interior donde los materiales fueron mejorados para alcanzar un ambiente distinguido y refinado.

Overland no es un mero restyling, por el contrario, presenta diferencias en el diseño exterior, distintas medidas y muchos agregados para sumarle elementos atractivos a un modelo que ya era difícil de superar. La gran habitabilidad nos permite invitarlos a esta aventura para conocer las principales características de un vehículo que representa el pasado, el presente y el futuro de Jeep.

Diseño Exterior:
En la primera observación se percibe que conserva los rasgos característicos de la clásica Gran Cherokee, con líneas rectas a su alrededor que le brinda robustez y una trompa agresiva; sin embargo, Overland luce mucho más moderno, con sectores redondeados y mayor ancho que altura sumados a detalles que diferencian a este modelo del resto de la gama.

La parte delantera se destaca por presentar una enorme parrilla cromada con siete ranuras, el logo de Jeep también cromado sobre su gran capot y una grilla inferior con un diseño del tipo panal de abejas. Un deflector en el sector inferior para contribuir a una mejor aerodinamia. El imponente conjunto delantero se complementa con ópticas envolventes que integran la luz diurna con los faros de xenón.

En los laterales no pierde protagonismo, por el contrario, aparecen uno de sus signos más representativos, sus llantas de 20 pulgadas con un diseño de cinco rayos calzadas con neumáticos Kumho Solus de medida 265/50 R20 . Una serie de detalles le terminan de imprimir un carácter aventurero y distinguido. Dos nervaduras recorren la extensión lateral mientras que sobresalen guardabarros trapezoidales bien marcados. Las baguetas cromadas se hacen presente con la inscripción Grand Cherokee y los espejos exteriores laterales en color carrocería. Todo el perímetro inferior del Overland cuenta con bajos protectores en color negro para impedir que piedras u otros objetos dañen la carrocería sobre todo cuando su conduce en terrenos adversos.

En la parte trasera se observa un formato más anguloso, con una silueta especial, donde aparece un deflector sobre la luneta con luz de stop incluida. Las ópticas están distribuidas entre el guardabarros y el portón trasero posee apertura y cierre eléctrico. Una bagueta cromada se extiende de una óptica a la otra exhibiendo el nombre Jeep en grandes dimensiones.

El desarrollo estructural del modelo recibió un gran trabajo con la incorporación de 5.400 soldaduras, lo que asegura eficiencia torsional para que pueda soportar las exigencias off road y le brinda mayor durabilidad. Además, se hizo especial hincapié en la aerodinamia. Para eso se realizaron 244 horas de pruebas en el túnel de viento.

Diseño Interior:
El ingreso al habitáculo causa una sorpresa inmediata por la calidad de todos sus componentes, la excelente habitabilidad y el nivel de confort en cada rincón. La plancha de a bordo se distingue por la sobriedad, la nobleza de los materiales y las acertadas inserciones símil metal que tan bien le quedan. Allí sobresale en el centro su gran display color (ver equipamiento), debajo los comandos del climatizador y luego un espacio portaobjetos con tapa. Al lado de la palanca de la caja automática aparecen dos posavasos con cenicero.

Entre los aspectos significativos de su interior, el volante merece un párrafo aparte. Está forrado en cuero, se puede calefaccionar, se ajusta en altura y profundidad en forma eléctrica e integra numerosos comandos para facilitar la conducción, como los del Control de Velocidad y los comandos para visualizar los parámetros del centro de información.  En la parte de atrás, unas teclas basculantes sirven para controlar el equipo de audio: volumen, emisoras y DVD.

En el panel interior de la puerta del conductor se ubican los mandos de los 4 alzacristales, la regulación y  rebatimiento de espejos, el bloqueo de cristales traseros, cierre de puertas y dos memorias de regulación del asiento.

Las butacas forradas en cuero son verdaderos sillones del comedor por la amplitud y comodidad que ofrecen. La del conductor dispone de ocho regulaciones eléctricas además de la lumbar.  Tanto el asiento del conductor como el del acompañante llevan impresos el logo y la tipografía Overland en los respaldos,  pueden ser calefaccionados y contienen ventilación para expulsar el aire a través de pequeñas orificios en el asiento. Además, ambos pasajeros están resguardados con apoyacabezas activos con regulación de altura y profundidad.

No es difícil descubrir que en el Overland se obtiene una posición de manejo cómoda, bien alta, sin dificultades. Por su parte, el conductor obtiene una buena visualización hacia atrás con espejos exteriores de buen tamaño, ayudados por sensores de estacionamiento, una cámara trasera y el apoyacabezas central trasero que permite bajarse en caso de que allí no viaje nadie.

En el sector posterior se mantiene la generosidad en los espacios permitiendo así que tres pasajeros viajen cómodamente ya que conserva una buena distancia con respecto a las butacas delanteras y al techo. Incluso el quinto pasajero goza de las mismas condiciones que el de los laterales  ya que su lugar tiene las mismas medidas.

Las plazas, también calefaccionadas, están bipartidas en una relación 60/40 con la regulación de inclinación de respaldo para brindarles un plus de comodidad. Por otra parte, con el objetivo de que no queden aislados del buen funcionamiento del climatizador, una salida de aire entre las butacas delanteras mantiene la zona con el clima ideal.  Además, se valora la inclusión del apoyabrazos con dos posavasos. La presencia de anclajes ISOFIX aseguran la fijación de las sillas de seguridad infantiles.

El baúl está muy bien terminado, posee ganchos para fijación de carga, red para contener el equipaje, una toma de 12 volt y cortinas para cubrir la zona. Su capacidad de 782 litros puede ampliarse rebatiendo los asientos traseros.  Debajo suyo se oculta el neumático de auxilio con llanta de chapa de 18 pulgadas en medida 245/65 18.

 

Info:

El panel de instrumentos está dividido por dos cuadrantes circulares bien definidos, separados por un display que se convierte en un verdadero centro de información del vehículo donde es posible obtener parámetros del consumo de combustible, velocidad, información de viaje, brújula, entre otros.
En la jornada de ensayos también observamos los errores en el velocímetro que detallamos a continuación. Cuando marcaba 60 km/h, el valor real era de 59 km/h y así sucesivamente: 80 km/h (78 km/h real), 100 km/h (98 km/h real), 120 km/h (117 km/h real), 130 km/h (127 km/h real).

El confort es uno de los atributos principales del Jeep Gran Cherokee Overland y el clima es uno de los factores que más influyen para la comodidad de todos los ocupantes. En este modelo hicieron especial foco en este tema incorporándole un climatizador automático de tres zonas, fundamental para los días de verano. Pero también pensaron en las jornadas de frío extremo al incluir en su equipamiento de serie calefacción en todos los asientos y ventilación en los delanteros.
El sistema de audio, que cuenta con un disco rígido de 30 gigabytes, brinda un incomparable sonido gracias a sus nueve altavoces y subwoofers. Además, incorpora sistema de conexión inalámbrica Bluetooth Connect. Está última versión del Gran Cherokee contempló también el hecho de que muchas veces puede cumplir las funciones de vehículo familiar y utilizarse en viajes extensos donde es necesario entretener a los chicos para no conviertan el viaje en una pesadilla. Por eso viene provisto de serie con un sistema de reproducción de DVD con pantalla en las plazas traseras que puede rebatirse. A su vez, viene con auriculares inalámbricos para una mejor fidelidad del sonido de la película.

La configuración estructural fue diseñada para que la carrocería se deforme progresivamente ante impactos. De esta forma logra preservar el habitáculo y, en consecuencia, a sus ocupantes. Su comportamiento estructural pudo evaluarse satisfactoriamente en los crash test del Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) de Estados Unidos, donde obtuvo la máxima calificación. Overland también ha sido dotada de sistemas de prevención de accidentes que actúan de forma activa para evitarlos como sus frenos a discos con Sistema Antibloqueo de Frenos, el Control de Tracción y el de Estabilidad con función para evitar que el tráiler se balancee y el Control Electrónico de Rolido. En síntesis, una importante dotación para mantener el control, conservar la adherencia y no perder la trayectoria del vehículo. En nuestras pruebas de frenado detener el Jeep Grand Cherokee Overland a cero circulando a 100 km/h nos demandó 42,73, medido con nuestro instrumental.

El Cherokee Overland está equipado, al igual que la versión Limited, con el motor Pentastar de seis cilindros en V a 60 grados que aprovecha los beneficios del Dual VVT, un sistema que varía el tiempo de apertura de las válvulas de admisión y escape. De esta manera posibilita que el motor se oxigene mejor en todo su funcionamiento, contribuyendo a una mejor respuesta en alta y baja. El silencioso propulsor eroga una potencia de 286 HP a 6.350 rpm y un torque máximo de 347 Nm a 4.800 rpm. Una demostración de que todo lo que insinúa desde afuera lo cumple con lo que produce debajo del capot.
El motor está asociado a una caja de cambios automática de cinco relaciones, que se conecta suavemente entre cambios pero con alguna pequeña demoras. Además, ofrece un comando secuencial para el manejo manual. En las mediciones que realizamos con nuestro propio instrumental, registró interesantes resultados teniendo en cuenta las dimensiones y el peso de Overland. De 0 a 100 km/h empleó en 10,22 segundos en 171,55 metros. Luego analizamos su aceleración en distancias. De 0 a 100 metros utilizó 7,5 segundos llegando a los 85,48 km/h; de 0 a 200 metros, 11,28 segundos a 104,32 km/h; de 0 a 300 metros, 14,42 segundos a 122,57 km/h; de 0 a 400 metros, 17,20 segundos a 136,28 km/h; de 0 a 1.000 metros, 31,15 segundos a 170,42 km/h.
La información oficial de la marca señala que este motor consume un 11 % menos que el motor V6 3.7 anterior. Eso nos inspiró para analizarlo a diferentes velocidades. Circulando a 100 km/h, consumió 7,7 litros cada 100 kilómetros alcanzado las 1.800 rpm. A 120 km/h, utilizó 10 litros para recorrer la misma distancia, a 2.150 rpm. A 130 km/h, empleó 11,1 litros, alcanzando las 2.350 rpm. En el circuito urbano su performance marcó un consumo de 15,8 litros cada 100 kilómetros.